Carlos Michelena el
mejor exponente del Humor Quiteño
"En ningún
momento me
di cuenta que quería hacer reír
a la gente"
di cuenta que quería hacer reír
a la gente"
Carlos Michelena nació en Quito, este hombre con el rostro pintado de blanco, se inició hace 34 años en la Escuela de Teatro de la Casa de la Cultura. Fue alumno de Antonio Ordóñez. Con el grupo “Teatro Ensayo” participó en obras como: “Boletín y elegía de las mitas, “Dos viejos pánicos”, “Huasipungo”, “El médico a palos”, entre otras.
Su carrera tomó cuerpo en los grupos “Ollantay”, U.N.E., “Mala Hierba”, “Teatro de la Calle”. Este último consagró su actividad ofrecida directamente al público en espacios abiertos como parques y plazas públicas. La ejecución de su trabajo en la calle ha mejorado su dominio de las artes escénicas.
‘El Miche’ |
Su humor se nutre de lo cotidiano y el día a día
de las vivencias del pueblo.
Los
personajes que representa son típicos del la cotidianeidad ecuatoriana. Las
viejas chismosas, el burócrata negligente, la secretaria pesada e indolente, el
profesor y el sargento autoritarios, son algunos de los personajes que "El
Miche" representa en sus shows callejeros de el parque El Ejido, ubicado
en el centro de Quito.
Entrevista
¿Cómo es Carlos Michelena fuera
del teatro callejero?
Una persona como el resto, con las preocupaciones que son la vida diaria, el tema de la familia, los hijos, la salud, es decir, normal, con las preocupaciones cotidianas nomás.
¿Por qué quiso hacer reír a la
gente?
En ningún momento me di cuenta, la vida me ha ido poniendo en circunstancias de tener que desenvolverme, desarrollar alguna actividad que justifique mi paso por esta vida, entonces, hace treinta y cinco años empecé haciendo teatro en la Casa de la Cultura, en la Escuela de Arte Dramático y después en el teatro ensayo, de eso ha pasado tiempos y, hace veinte años estoy haciendo teatro al aire libre.
¿Por qué hacer teatro
callejero?
En la vida hay que ser coherentes, yo he hecho teatro de sala, teatro clásico, sin desmerecer esa línea de expresión, pero, en el momento en que uno es inquilino, que uno tiene una vida sujeta a la voluntad de un dueño de casa, de un jefe, de patrones establecidos; uno busca obras de teatro que reflejen esa realidad, al no existir eso, hemos hecho una práctica conmigo que es la creación colectiva y tratar de emular y retomar lo que eran los juglares, rapsodas, saltimbanquis, que iban narrando sus vivencias, lo que veían en otras poblaciones e iban comunicando de pueblo en pueblo esas experiencias.
¿Cómo planifica sus presentaciones?,
¿Son sólo espontáneas?
Nada sale así al rato, en todo, desde cuando uno hace el amor, no sale al rato, todo es preparatorio. Yo como cualquier profesional tengo que establecerme temas, venir aquí, hacer ejercicios de relajamiento, de concentración, tengo que saber usar el cuerpo; tengo que hacer máscaras, tengo que hacer un vestuario, entonces, hay una preparación, como en todo.
No es que haga chistes, lo que hago es representar críticamente las actitudes humanas, sea la burocracia, los políticos, el abuso de poder, la educación mediocre, todo. Entonces, si yo represento eso y la gente se ríe, de lo que se están riendo es de ellos mismos.
¿Por qué representar un arte
contra la política?
El arte cuando es consciente, siempre ha sido crítico y, por su carácter crítico reflexivo, siempre ha sido marginado de toda sociedad. El espíritu de la gente y la calidad humana están descuidados. Aquí la gente no sabe lo que es tener derecho al ocio, un ocio creativo, que alimente la cuestión interior a través de la pintura, la danza, la música, el teatro.
Entonces aquí, cuando la gente no tiene nada que ver, se va directo al robot, que es la televisión o a ver películas en familia y a comer canguil, a estar engordando con Coca- Cola. Entonces el arte apunta a eso, toda la vida el arte se ha dedicado a eso, al lado espiritual, al interior de las personas; si la gente mira el chiste que pena no, pero yo lo que hago es representar lo que he vivido, cuando he estado preso, cuando he sido empleado de la burocracia, cuando me han metido por ahí a una escuela a la fuerza; entonces yo no le veo más allá del chiste que la gente dice, lo que hago es representar la vida cotidiana.
Aguante EL MICHE !! Gran ícono de la sal quiteña, declarando verdades de una manera ingeniosa como solo él lo sabe hacer. Como él mismo lo dijo: "Parece gracioso, ¿verdad?. Así de absurda es la realidad de nuestro país, que en lugar de reír dan ganas de llorar". Excelente artículo de Don Carlos Michelena.
ResponderEliminarinteresantes declaraciones de Michelena, un personaje representativo para todos los quiteños, muchos de ellos crecieron observando sus presentaciones en el Parque La Carolina y sus montajes se caracterizan por darle humor a circunstancias de la vida diaria.
ResponderEliminarMe parece muy bueno que artistas con tantos años transcurridos la gente aún le vea y se ría con sus comentarios. Saber que personas cómo él son íconos del pís es muy bueno. Buena entrevista
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